jueves, 2 de mayo de 2019

Bookstory .5


Bookstory 5

Arturo García Gaytán.

Los mexicanos somos proclives a transitar de un extremo a otro, no conocemos medianías ni términos medios, contrastes pues, o todo es muy bueno o es muy malo, esta manera de ver y pensar las cosas tiene sus costos, como la historia patria, que dicen que sí o que no.
            Juan Miguel Zunzunegui es un joven historiador y narrador que, junto a la voz de Alejandro Rosas, rompen el monopolio de la historia novelada impuesto por un pelos de cotonete que embauca a sus lectores en sus filias y fobias, además de ser un tragacuras irredento.
            La obra de marras se llama: Los mitos que nos dieron traumas. Zunzunegui desarrolla en cinco supuestas sesiones de sicoterapia el análisis que don México pide a gritos para entender su origen, pasado y presente, y por qué no, soñar con un futuro.
            El dialogo entre impaciente y terapeuta sirve de antesala para husmear y explorar los hechos históricos relevantes de México como nación, primero, su identidad antes y después de la conquista.
            Viaje al inconsciente del mexicano.
            Los traumas de la conquista.
            Los traumas guadalupanos.
            Los traumas revolucionarios.
            Diagnóstico.
            Sin avanzar mucho en cuanto a párrafos surgen los primeros cuestionamientos serios, ¿Será tan despreciable Hernán Cortés como dicen?, ¿es posible que una niña de 17 años pudiera derrocar al imperio mexica? También podemos concluir que Hidalgo no es tan padre de la patria como creemos, ni Agustín de Iturbide era un villano.
            Zunzu expone sin filias ni fobias las figuras históricas a contraluz, usando la historia dura y el sentido común para terminar perfilando personas comunes que se distinguen de su generación por su valentía o falta de ella y su gran inteligencia, algunos.
            Eso de descubrir como mexicano que nuestra historia patria está basada en mitos no es agradable, como tampoco lo es continuar en ese círculo vicioso de voltear la cara.
            Este es un libro que no debemos ignorar, hay que leerlo para despojarnos de prejuicios y velos que nos inculcaron con sangre, como la letra, a repeticiones forzadas y sin derecho a réplica o a cuestionar siquiera, antes de convertirnos en consumidores de historietas facilonas.
            Ver desmoronarse los íconos en los altares de la patria puede ser descabellado, pues las calles perderán sentido al menos por los nombres que llevan, igual las avenidas y bulevares.
            Juan Miguel Zunzunegui no deja títere con cabeza y corta parejo a la hora de desmitificar a nuestros héroes que nos dieron patria y paz social, pues luego vamos a entender que don Porfirio fue el pacificador de una nación desmoronada y Benito Juárez, con todo y su peinado de librito fue un dictador.
            De bolsillo editó e imprimió este volumen allá por el año de 2014, en México, y consta de 197 páginas que no se desperdician.


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