Bookstory
Arturo García Gaytán.
Hay personajes de la mitad del siglo pasado que
sobresalieron por su claridad mental y otros, por su grado de cinismo, algunos
convirtieron su apellido en franquicia y sus descendientes al día de hoy cobran
regalías, eso sí, todos ellos gozan de gran “autoridad moral”.
Con su
tradicional estilo de catedrático, Carlos Loret de Mola Mediz, a lo largo de
esta obra no sabemos si está narrando, justificando, sugiriendo u ordenando
como debe de gobernar el presidente en turno, en este caso, el desaparecido
Miguel de la Madrid Hurtado.
El
yucateco eleva hasta las nubes a de la Madrid en calidad de candidato, lo
describe como un hombre sensible y honesto que cambia radicalmente al ganar las
elecciones e instalarse en Palacio Nacional como presidente de la nación,
puntilloso, lo primero que le critica es el gabinete.
Priísta,
el ex gobernador de Yucatán y periodista, le declara la guerra frontal y
abiertamente el habitante de Los Pinos, se vale de todo y mezcla el oficio de
reportero, columnista y editorialista lo mismo que de administrador público
para darle peso a sus argumentos y señalamientos.
Loret de
Mola Mediz, se atrinchera en la CTM, sector del PRI que le dio cobijo y
proyección política, para lanzar dardos envenenados contra la nomenclatura
sexenal, durante la lectura del libro se pierde uno entre la voz del militante
tricolor, el ciudadano indignado y el periodista frustrado.
Si
reconocemos que el sexenio de Miguel de la Madrid fue de transición, el cambio
entre la política tradicional y la tecnocracia, y que provocó descontento entre
los dinosaurios herederos del otrora partidazo, Loret de Mola Mediz se concede
la licencia de ser juez y parte.
Entonces,
Que la nación me lo demande, pierde la esencia de ser una denuncia en contra
del presidente y el sistema político nacional, lo convierte en un catálogo de
pifias y desencuentros a lo largo de su personal confrontación en contra de sus
correligionarios.
El autor
no vio impresa la obra, murió antes de ver circular su libro, por lo que su
hijo Rafael, se ocupa de cerrar el volumen narrando los pormenores de la muerte
de su progenitor y adjudicarse la estafeta de la familia Loret de Mola para
enfrentar al poder presidencial.
Otro más
que se sube en la ola de herederos capaces de administrar el apellido…
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